El infierno existe y no está vacío. Allí llegan las almas en pena y es algo más que un lugar de tormento para los condenados, pero yo creo que es, en realidad, la desgracia total y definitiva que nos puede ocurrir a todos, al fin y al cabo, ¿Quién no ha cometido un pecado?
En el infierno que yo imagino reina un silencio inquietante, pero que es roto por los gritos que no pueden ser callados de las almas que llegan a aquel horroroso lugar. Una vez que se llega a allí, les recibe el diablo; el amo de todas las almas que reinan el infierno... Es un ser horrible, de piel roja como el fuego y tiene unos enormes cuernos sobre su cabeza, lo que le hace tener un aspecto más temible... Él es el dueño de ese horroroso lugar en el que reina el fuego, el dolor y la desesperación; el que domina a todas esas almas llenas de pecados, que tienen que soportar los sufrimientos que nunca terminan... Sufrimientos que nadie sabe si, pero sufrimientos que nadie desearía...